El e-book: ¿Aliado o enemigo?
El
e-book, o libro digital, ha sido una tendencia ligada al consumo de la
literatura en los últimos años, muchas veces siendo catalogado como una de las
causas del decaimiento en el número de ventas de libros de papel. Antes de
esbozar una visión apocalíptica hacia este producto hay que evaluar sus
ventajas y desventajas tanto para los lectores como para los autores y
editores.
Los
e-books poseen varias ventajas que abarcan
diversos aspectos, sobretodo económicos y ecológicos. Estos productos
generalmente ahorran costos de manufactura y envío (por ende, uso del papel o
tinta otorgando una visión eco-friendly
a su producción) y generalmente poseen un costo mucho más bajo que el de un
libro físico. Se los obtiene por
diversos portales web y a través de las compras en línea se agilita el ciclo de
búsqueda adquisición que implica. La lectura de cualquier libro digital sólo se
requiere de “lector de e-book” (e-reader) como Kindle Paperwhite o Sony
Reader, aunque existen aplicaciones que, una vez instaladas en las tablets,
permiten experiencias similares.
Sin
embargo, leer un e-book requiere de
tecnología y por ello, de electricidad, así como su adquisición implica
conectividad a internet, así que la parte eco-friendly
de este producto decae si se revisa la complejidad tecnológica que lo rodea. La
piratería -eterna enemiga de los derechos de autor- ve el trabajo facilitado al
existir versiones digitales que pueden copiarse fácilmente; sumado a ello, la
delincuencia tradicional se ve más cercana al usar un lector digital y esto
representa un peligro a la integridad de cualquier civil que desee leer en un
lugar público. Otro punto en contra de los e-books
es que no todos los textos pueden
adquirise en ese formato porque hay versiones o ediciones que no han sido
generadas digitalmente y esto puede verse como un limitante para muchos
lectores. Finalmente, la experiencia lectora sí tiene ciertas modificaciones
cuando se habla de libros digitales: la
adquisición de un libro-objeto no sólo garantiza la tenencia tradicional de un
texto sino que mantiene la tradición de acudir a una librería o biblioteca para
leer durante un período determinado (y sin interrupciones de redes sociales o
alertas virtuales) un libro en particular; y las sensaciones (tacto, olfato)
ligadas al ritual de leer se ven anuladas al colocarse frente a una pantalla
que debe cuidarse y protegerse de caídas y roces.
Para
bien o para mal, adquirir un libro digital forma ya parte de los hábitos de
consumo de lectores a nivel mundial. Analizar ventajas y desventajas permite
revisar no sólo nuestras preferencias a la hora de colocarnos frente a un
texto, mas a ser conscientes de la complejidad de nuestras actividades
cotidianas y cómo ellas repercuten en diversos sectores, en este caso, en el
editorial. Digital o no, leer es importante.
La televisión digital
Viviremos
una nueva etapa en la televisión nacional, una en la que aprovecharemos al
máximo los servicios audiovisuales que la señal digital ofrece.
Ecuador
está revolucionando la forma de transmitir la señal de televisión. El avance de
la tecnología ha impulsado el proceso de transición de la televisión analógica
a la televisión digital terrestre, un
tipo de transmisión que codifica el lenguaje audiovisual de forma digital y
acaba con las dificultades que presenta la señal analógica.
¿Y
por qué la necesidad de pasar a la señal digital?
Además
de mejorar la calidad, nitidez, resolución de la imagen y la calidad del
audio, la televisión digital terrestre
comprime la señal efectuando un uso más eficiente del espectro radioeléctrico,
esto significa que se pueden emitir más canales en el mismo espacio que ocupa
un solo canal analógico, por ejemplo: un archivo de video, dos de audio y
varios de datos.
Para
recibir la señal digital, usted debe comprobar que exista cobertura dentro de
la zona, disponer de un equipo que le permita obtener la señal ya sea por medio
de un decodificador o a través de un televisor que incluya el sintonizador ISDBT, que es el estándar que
Ecuador adoptó en 2010.
Algunos
canales de televisión procesan digitalmente y transmiten analógicamente, ya que
utilizan cámaras y programas de edición digital, pero la señal que receptan los
espectadores a través de su televisor es analógica.
Por: Luisa Carrera
PARKOUR, LA EXPRESIÓN DEL MOVIMIENTO
Saltos
y giros en el aire son algunos de los movimientos del parkour, una disciplina
que consiste en trasladarse de un lugar a otro de la forma más rápida y
fluída. “El parkour es el arte del
desplazamiento”.
En esta
actividad se resaltan las habilidades
físicas de las personas y mediante el entrenamiento se busca superar todos los
obstáculos que se presenten durante el desplazamiento.
A
las personas que practican parkour se las llama trazadores. En inglés, a los hombres
se los llama traceurs y a las mujeres traceuses.
ORIGEN:
La
historia del parkour comienza en Francia a finales de los 80’s, cuando un joven
llamado David Bell se inspira en el
entrenamiento que había recibido su padre y
convierte, junto a sus amigos,
técnicas de rescatistas en un deporte extremo.
OBJETIVO:
Según
la filosofía de Bell, el objetivo del
parkour es: “Formar personas fuertes física y mentalmente capaces de responder
ante una emergencia y ser útiles a la sociedad”.
MOVIMIENTOS:
Algunos
de los movimientos más conocidos son: Gato o monkey, rompe muñecas, precisión y
kong.
En Youtube hay varios videos que explican los movimientos, por ejemplo:
TRAZADORES EN GUAYAQUIL
En
Guayaquil existe una agrupación llamada Parkour Guayaquil (P.K. Guayaquil) que
realiza los entrenamientos en el parque de la ciudadela Bolivariana junto al
estadio Alberto Spencer.
Bolívar
Andrade, uno de los fundadores del grupo,
asegura que todo empezó alrededor de 2010, cuando él y sus amigos
empezaron a ver los videos que colgaban los trazadores de otros países.
“Al
principio fue complicado hacer los saltos, pero como esto en realidad me
gustaba, con el tiempo los movimientos se fueron haciendo más fáciles”, expresa
Kristen del Rosario, una de las integrantes de Parkour Guayaquil.
Santiago
Noriega, integrante de P.K. Guayaquil, explica que en el parkour no se hacen
competiciones, sino que se realizan encuentros para exponer las habilidades.
“Esto no tiene competición, es algo tan libre y puro que tienes que hacerlo
porque te gusta no porque quieres ser mejor que otra persona”, cuenta Noriega.
Bolívar
asegura que el parkour no tiene mucha popularidad dentro de la ciudad y que
debido a esto tienen algunas complicaciones con los guardias de seguridad.
“Ellos piensan que vamos a romper el cemento”, asegura Andrade.
Parkour
Guayaquil ya cuenta con una página en facebook en la que difunden las
actividades que realizan y los horarios de sus entrenamientos. Pueden obtener
más información a través de este enlace:
https://www.facebook.com/Parkourguayaquil2?fref=ts
Poco
a poco el parkour crea su historia en Guayaquil y gana más trazadores.
Por: Luisa Carrera
Por: Luisa Carrera
El fútbol cuando el escapismo es extremo
Sin
duda, el fútbol es uno de los mayores fenómenos sociales que existe en el mundo
y es por esto que se ha ganado el título como el rey de los deportes. Desde que
el fútbol se empezó a socializar, es decir, desde que salió de las élites para
invadir las zonas marginales, muchos individuos han sentido una especie de
llamado por este deporte.
La práctica del fútbol ha transformado la vida de
numerosos individuos, asistir al estadio, gritar por el quipo preferido para
alentarlo y vestir sus colores son solo algunas de las manifestaciones que
forman parte del rito del fútbol.
El
fútbol contribuye en varios aspectos como en
la identidad y el regocijo de un grupo determinado, y su popularidad es
tan grande que en todas partes hay algo que hace referencia a este deporte, como
las vallas publicitarias, vestuario, comerciales de televisión, notas
periodísticas, etc., pero un problema que puede originarse de toda esta
popularidad es que las personas se vean tan invadidas por la fiebre del fútbol
que todo lo demás se vuelva irrelevante.
Algunos
aficionados se introducen tanto que se olvidan por completo de los demás
asuntos que deben atender, y esto, es provocado en gran medida por las empresas
y los medios de comunicación. El fútbol dejó de ser solo un juego, ahora es,
sobre todo, un negocio y la publicidad se ha encargado de cubrir su verdadera
realidad.
El
sociólogo Leonardo Ogaz explica en uno de sus artículos que “El problema no
está en el fútbol mismo sino en que ha empezado a ser utilizado como una forma
de montar un gran espectáculo que haga olvidar algunas crisis como las que han
ocurrido en Europa y otras partes del mundo", es así como la sociedad del
espectáculo le da una especial prioridad a las jugadas y a los goles y no otros
asuntos relacionados con la economía, la educación y la salud de los
territorios.
Por
ejemplo, en el pasado mundial de fútbol, la mayoría de los medios de comunicación se invadieron de información sobre el campeonato y los demás temas pasaron a un segundo plano como si fueran menos importantes. Es así como el fútbol predomina sobre
las necesidades y los individuos se interesan más por la selección que triunfa o pierde.}
El
fútbol como juego enriquece las relaciones entre los individuos y fortalece la
identidad colectiva, el problema aparece cuando los medios de comunicación y las
personas se interesan únicamente por el fútbol y se escapan de una forma
exagerada de su realidad.
Por: Luisa Carrera
Por: Luisa Carrera
El pasillo porteño no pierde identidad con el museo Julio Jaramillo
Mientras la mano derecha rasguea su guitarra, la mano izquierda hace que sus dedos bailen en el diapasón al ritmo del pasillo. El magno río Guayas y el acogedor ambiente que lo rodea, son testigos del talento que Juan Carlos Acosta de 30 años de edad, guayaquileño, tiene para interpretar pasillos de cantautores ecuatorianos.
“Faltándome tú, mi vida se entristece, las estrellas ya no brillan, el cielo se oscurece” canta mientras entona su guitarra en la cafetería del Museo de la Música Popular Julio Jaramillo. Juan Carlos es apasionado por la música, en especial por el pasillo ecuatoriano, éste fue el motivo que le hizo visitar el museo permitiéndole conocer la historia de artistas a quienes ha imitado e interpretado sus canciones. Uno de los artistas a quien admira es Julio Jaramillo, para él es el cantante más grande de América.
Juan Carlos Acosta asegura que ha visitado 4 veces el Museo. Este espacio que reúne 100 años de historia de artistas vinculados con la música popular en Guayaquil, tiene como propósito preservar, enriquecer y transmitir nuestro patrimonio musical a nuevas generaciones.
Juan Carlos Acosta (derecha) entonando la guitarra clásica |
Acosta es una de las personas que ha adquirido el conocimiento del patrimonio musical del Ecuador y que ahora lo refleja en las canciones que interpreta. Él comenta que desde los 7 años empezó a imitar a Julio Jaramillo, pero cuando llegó a la etapa de la pubertad su voz cambió y se hizo grave. Luego de un tiempo, con su nueva voz empezó a imitar a nuevos artistas como Eduardo Brito Mieles, Roberto Sumba y a José Jaramillo, hermano de julio Jaramillo. Él es uno de los guayaquileños que aún mantiene la identidad del pasillo y la practica a través de la música.
Visitar el museo implica una travesía al pasado de la música popular guayaquileña, pero también es cuna para los nuevos exponentes del pasillo. Jenny Estrada directora del museo, dice que este proyecto tuvo una segunda fase que fue implementar la Escuela del Pasillo Nicasio Safadi (la única en el Ecuador), y pidió al alcalde la concesión de 30 becas anuales, que fue aprobada en sesión de concejo.
La escuela lleva el nombre de Nicasio Safadi, importante compositor de la primera mitad del siglo xx. Esta escuela se considera un centro de motivación hacia el cultivo de la música nacional y cada año recibe una promoción que cumple dos semestres intensos a más de la especialidad que pueden elegir, como canto, piano, guitarra, acordeón, y arpa.
Discos de vinilo de pasillos clásicos de los artistas porteños |
Para Estrada el interés de los jóvenes guayaquileños hacia el pasillo es absoluto, pero dice no apartarse de la realidad de un país de clases sociales, “la élite no se quiere ni rosar con esto, el pueblo es el que mantiene en su alma la identidad nacional y del pueblo vienen los chicos llenos de talento” dice Estrada.
El museo desde el inicio ha sido concebido para vincular al artista con la comunidad, y se ha logrado a través de las tertulias dominicales que se efectúan dos veces al mes, recibiendo artistas invitados.
Cuenta con registro anual de hasta 3.000 visitas y está ubicado en el segundo piso del edificio astillero en Puerto Santa Ana. Los horarios de atención son de miércoles a sábado de 10h00 a 17h00, y los domingos de 10h00 a 15h00. La entrada es gratuita.
La directora ahora tiene un nuevo objetivo en marcha, el primer concurso para jóvenes compositores del pasillo ecuatoriano. Este concurso es dirigido a personas entre 15 y 35 años que presenten su composición inédita en las oficinas del Museo Municipal de la Música Popular Julio Jaramillo, hasta el sábado 30 de agosto.
Los percusionistas, cuando el ritmo invade los cuerpos
La ciudad está llena de sonidos. Los ritmos populares definen y caracterizan a un sitio; y Guayaquil no se queda atrás. Dentro de toda esta gama de melodías, existe una en particular que invade de movimiento a cualquiera que la escuche: la percusión.
A pesar de la alegría que transmite esta rama de la música, los grupos dedicados a esta sección son poco conocidos por una gran parte de la población. En Guayaquil existen varios ensambles de percusión que producen música inédita.
Melissa Toral, estudiante de música en la UCSG, cuenta que a lo largo de su carrera se ha encontrado con muchas personas que desconocen la actividad de los percusionistas en la ciudad. “Estoy a punto de graduarme, he participado en varios conciertos y siempre que realizo difusión en los medios y redes me choco con la mala noticia de que la gente no se ha enterado de que también existen shows de percusión”.
Ella decidió especializarse en la batería, un instrumento de percusión, porque considera que es el artículo que “llena de vida” a las canciones.
Uno de los grupos de percusión más reconocidos en Guayaquil es el Ensamble Guayacos que está integrado por músicos de la Orquesta Sinfónica de Guayaquil.
"Al inicio bromeabamos con la idea de crear nuestra agrupación, pero luego vimos que realmente soñábamos con esto y solo esperabamos una especie de impulso entre nosotros".
Guayacos nació en 2008 con la dirección de los músicos Julio Vaca y Marcela Ramos.
Poco a poco el ensamble ha ganado fuerza y se ha consolidado.
El grupo lo conforman 10 percusionistas y ya tiene 2 álbumes lanzados. Abordan todo tipo de género: clásico, contemporáneo y popular.
Jennifer Ponce, gestora cultural, opina que el problema no surge porque a la gente no le gusten este estilo de melodías sino porque no están al tanto de que existen estas agrupaciones.
"Hace falta promoverlos, yo he visto cómo la gente disfruta de estas presentaciones, al público le encanta, lo que pasa es que no saben cuándo van a tocar, dónde, etcétera".
Nancy Cobo, promotora musical, concuerda con Ponce y agrega que los medios rechazan la difusión de estos eventos porque nos les generan ganancias y hace énfasis en que se refuerce el trabajo de difusión en las redes sociales.
"Su mejor opción ahora mismo es la web, deben aprovecharla y sacarle el jugo".
Eduardo Alvarado, amante de la música, dice que los conciertos de percusión están entre "los mejores shows" a los que ha asistido.
"Desde que una vez una amiga me invitó a un concierto, quedé enamorado de estos espectáculos."
Más allá de la difusión, es indudable que los rítmicos golpes en los instrumentos de percusión producen movimientos en la mayoría de quienes los escuchan.
La percusión está presente en la ciudad que recibe cada vez más a distintos percusionistas que quieren llenar de sabor las melodías.
Por: Luisa Carrera