
Es el estilo periodístico más abundante en diarios y medios periodísticos cuyas particularidades están relacionadas con el brindar información de forma clara y sin tener que utilizar recursos expresivos o de la ficción para hacerlo. Se trata de un tipo de redacción directa, donde se dejan a un lado los aspectos emocionales de las partes y donde el eje gira en torno a los sucesos que se desea mencionar.
Hay varios tipos de crónicas, de acuerdo al tipo de enfoque que tengan y a los intereses del propio autor. Pueden ser:

De interés social:
Su enfoque es íntimamente social; suele utilizarse para tocar temas como
los reclamos sociales,
generalmente oponiéndose al sistema y abriendo una brecha imparable entre poder
y pueblo.
Estructura
de la crónica
La crónica disfruta
de mucha libertad para su redacción. No tiene una estructura fija como en el caso de la noticia o
del reportaje. No obstante, distinguimos algunas partes que no deben faltar en
una crónica bien redactada.
Título. Debe ser claro,
conciso y atractivo para despertar el interés de los lectores. El receptor ha
de decidir al instante si es de su agrado o no y decidirse si va a detenerse a
leerla.
Noticia. Es la
información objetiva sobre los hechos ocurridos. Lo normal es que los datos
esenciales aparezcan al comienzo, pero el cronista añade más datos a medida que
escribe la crónica.
Comentario. Son las
reflexiones que el cronista va haciendo sobre los hechos que narra. Estas
reflexiones suele hacerlas en tercera persona. Busca un distanciamiento para
dar mayor verosimilitud y credibilidad a lo que está contando.
Por: Mishell Añazco
Por: Mishell Añazco
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