Por Johanna Cedeño
Cuando vemos la televisión o leemos un periódico nos encontramos ante algunas aplicaciones del periodismo multimedia. Desde mediados de la década de los noventa empezaron a surgir corporaciones multimedia. El periodista de nuestros días tiene que combinar las posibilidades de acceso a internet, video y fotografía de su Smartphone, estar al pendiente de su correo y constantemente activo en las redes sociales. La información fluye directamente al ciberespacio, pero la mejor parte se reserva para el formato impreso: el papel sigue siendo la mejor apuesta en contenido y rentabilidad.
En la Universidad Católica de Santiago de Guayaquil (UCSG) se preparan a los estudiantes para que puedan hacer uso de esas tecnologías y exploten al máximo un hecho noticioso. Actualmente la UCSG cuenta con un blog y varias cuentas en redes sociales que permiten a la universidad tener una interacción más cercana con los estudiantes. Como parte de ese acercamiento se puede contar el uso que ciertas autoridades le dan a las redes sociales como, el rector Mauro Toscanini quien desde hace varios años responde a las interrogantes de los estudiantes a través de su cuenta personal en facebook.
Alejandro Rodriguez periodista del Diario El Universal asegura en un post sobre periodismo multimedia que este es un periodismo diferente al de hace unos años en donde un smartphone se vuelve una herramienta elemental para todo periodista ante la necesidad de nutrir diferentes canales de comunicación para un lector más habituado a informarse no sólo a través de un periódico, una radio o un televisor. Un lector que consulta el Twitter antes que buscar los comentarios inmediatos ofrecidos por la radio, que busca las noticias en internet antes que comprar el periódico de papel del puesto de la esquina, que ve las imágenes del momento noticioso en Youtube antes que esperarse al noticiero televisivo de la noche, que descarga el podcast de las opiniones de especialistas antes que sintonizar la radio.
Un ejemplo de los grandes despliegues mediáticos de este año fue la cobertura realizada en Quito en contra de la explotación del Yasuní y que gracias al uso de cámaras, ipads, tablets, celulares en fin... ciudadanos y los medios de comunicación pudieron reconocer las pistolas de paintball que los policías que armaron el cordón llevaban en secreto.
Para Andrea Ramirez ex estudiante de la carrera de Comunicación y quien trabaja actualmente como relacionista pública explica que “los medios de comunicación ya están abrazando de lleno los métodos de las nuevas formas de comunicarse donde se incluye la transparencia, la interactividad y la inmediatez. Las redes sociales procuran que esta inmediatez del nuevo periodismo, quizá en detrimento de la calidad”. Ramirez comenta que si bien es cierto que las nuevas tecnologías son excelentes para emitir mensajes rápidos, estos no siempre son contrastados, debido al poco tiempo que se le concede al periodista para emitir el mensaje, lo que ratifica la vieja lucha por la primicia.
La modalidad del periodista freelance es la única categoría laboral que ha crecido en la profesión, pero su incremento irá en detrimento de la calidad de la situación laboral del periodista y de su trabajo. El periodista, ante la escasez de tiempo y de recursos de la empresa mediática, está sometido a una multitarea improductiva que no le permite contrastar y contextualizar como debería para ofrecer una información de calidad. En ese sentido, considera que los periodistas deben recuperar su papel de expertos en un entorno de creciente complejidad y proliferación de mensajes.
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