Es posible aprender a hablar
con confianza ante una audiencia, claro que sí. Pese a los discursos
disparatados que se han escuchado recientemente por parte de algunos
presidentes como Nicolás Maduro, mandatario de Venezuela y su homólogo Enrique Peña Nieto de México.
El primero
en un discurso dijo "Esos comerciantes que ustedes conocen son
tan victimas del sistema capitalista que especulan y roban como nosotros". o
cuando dijo que había que repartir los penes
como Jesús por decir los panes. El segundo ha confundido
capitales de ciudades de su país cuando le preguntaron por el autor
de un libro que dijo haber leído no recordó en título y
en una entrevista no pudo precisar el valor del salario básico.
La clave para evitar estos
errores desde nuestro rol de comunicadores evidentemente en primer lugar es
estar bien informados y procurar tener una compresión general de varios temas. Segundo
una vez que se sabe lo que se quiere decir, el conocimiento da seguridad. Pero
se debe manejar los contenidos de la forma más auténtica y aprender a utilizar
metáforas apropiadas. Según explican los expertos de la BBC esto se
podría evitar con el empleo de las siguientes estrategias.
Falta de autenticidad
Hay una charla en el canal de
TED en internet que tiene 1,2 millones de visitas. Muestra a una mujer que
habla sobre cómo la sociedad convierte en objetos a personas con discapacidades
y explica por qué ella no quiere ser inspiración de nadie sólo por su
discapacidad.
En este caso, el público no
tuvo razones para dudar de la importancia que el tema tenía para la
conferenciante, ya que ella misma era discapacitada e iba en silla de ruedas.
Una audiencia atenta está
siempre alerta contra los impostores. Por eso, para llamar la atención es
necesario que el conferenciante esté de verdad interesado en el tema de su
charla y sepa transmitir al público por qué es importante, según explica el
consultor Andreas Franken.
Si el público no entiende
cuál es la relación que tiene el conferenciante con el tema o percibe la
presencia de un ego desmesurado, empezará a preguntarse cuál es la verdadera
motivación del ponente.
"Un conferenciante que
parece forzado, que ha pulido mucho su estilo, aparecerá de forma poco natural,
porque los gestos son algo muy personal", dice Franken.
Vanidad
No hay nada que se perciba
más que un vanidoso y egocéntrico que no conoce a tu público y se
dirigirte a él de manera poco apropiada. Si el que habla se dirige por
teleconferencia a una audiencia que está en varios países del mundo, mejor no
decir "buenos días", porque para algunos no será la mañana, argumenta
Joan Detz, autor del libro "Cómo escribir y dar una charla". Es muy
importante conocer al público al que uno se dirige.
Judy Gould, consultora basada
en Francia, recuerda un conferenciante estadounidense de una prestigiosa
universidad que no logró que sus ideas fueran aceptadas porque estaba demasiado
alejado de la mentalidad europea. "Todos sus ejemplos eran sobre
políticos estadounidenses que se habían visto envueltos en escándalos sexuales.
Muchos entre el público no conocíamos a las personas de las que hablaba y,
además, a los europeos no les preocupan los escándalos sexuales", dice Gould.
Metáforas poco apropiadas
Cuando Chris Parry, que había
sido soldado en la Armada Real británica, aceptó un trabajo en un organismo
educativo del Reino Unido, su anterior profesión se colaba en su lenguaje
cuando intentaba defender reformas educativas. Parry se dio cuenta pronto de
que las metáforas militares no llegaban a los educadores. Poco después de un
discurso en 2008, cambió de trabajo.
El pecado de Parry fue
utilizar metáforas poco adecuadas. El lingüista Jonathan Charteris-Black
explica que las metáforas funcionan a nivel del subconsciente para ayudar a las
personas a controlar sentimientos de incertidumbre originados por situaciones
de cambio.
Un micrófono
Todo lo que digas podrá ser
usado en tu contra y multiplicado por el "factor internet" que
es la nueva plataforma casi inmediata e instantánea para que los mensajes se
difundan con brevedad. Por eso utilizar una metáfora mal elegida
puede causar estragos porque aumenta las posibilidades de equivocarse.
Los conferenciantes suelen
emplear muchas metáforas, dice Simon Lancaster, escritor de discursos
establecido en Londres y escritor de un libro sobre el tema. Para este
catedrático un discurso exitoso se reduce a seducir a la audiencia hacia tu
propio modo de pensar a través de tu presencia, tu energía, tu actitud y tu
elección de las palabras.
En los negocios, las
metáforas suelen evocar viajes. En política son comunes las metáforas
religiosas y morales, como la que utilizaba el ex presidente estadounidense
George W. Bush al hablar del "eje del mal". La clave, dice
Lancaster, es utilizar metáforas que son fácilmente comprensibles para el
público. "Si no se entiende, puede ser una catástrofe, un choque
metafórico".
En el mundo de la medicina,
los gestores suelen hablar de "acelerar" las reformas, por ejemplo,
mientras que los médicos suelen utilizar metáforas de guerra, como "luchar
contra el cáncer". Según Lancaster un buen conferenciante no impone su
visión lo que hace es hilar la propuesta entre las ideas preconcebidas
del público para que la audiencia acabe pensando que las ideas son suyas.
Fuente: Obtenido de la Web
Cómo escribir tu propio
discurso
Pero si la base es tener
seguridad se deberá de comenzar desde el momento de seleccionar las ideas,
organizarlas y plasmarlas en un papel. A continuación les ofrecemos
algunos consejos para escribir sus propios discursos brillantes sin cometer
ninguno de los tres pecados capitales, según Simon Lancaster.
- Empieza con una historia original emocionante.
- Organiza tu argumento con un flujo original.
- Utiliza buenos ritmos sonoros, con rimas y contrastes.
- Memoriza la charla lo mejor que puedas.
- Practica, pero sin pasarte.
Fuente: BBC Capital
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