La vida de Nicolás Robles, un joven guayaquileño de 22
años, cambió drásticamente cuando en 2005 fue diagnosticado con Diabetes, con
tan solo 12 años de edad. Quienes padecen esta enfermedad desarrollan una serie
de hábitos estrictos para controlarla, pues hasta el momento no existe una
cura. Aunque es una dolencia que afecta a 415 millones de personas en el mundo,
muy poco se conoce sobre los efectos en la salud y en el estilo de vida de las personas
afectadas.
La Diabetes es una de las principales causas de muerte
en Ecuador, según el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC) y de
acuerdo a un estudio de la Federación Internacional de la Diabetes (FID), uno
de cada dos adultos tiene diabetes y no ha sido diagnosticado. Bajo este
panorama, es preciso que la población reconozca la gravedad de la enfermedad y
se tomen acciones para prevenirla y tratarla adecuadamente.
Nicolás es estudiante de periodismo en la Universidad
Laica Vicente Rocafuerte. Su rutina diaria consiste en acudir a las pasantías
en una productora, ir a clases y realizar proyectos de su carrera. La
disciplina es una de sus más notorias características, pues requiere seguir una
serie de reglas para cuidar su salud. En sus horarios de comidas consta la toma
de insulina, y cada cierto tiempo durante el día debe revisar su nivel de
glucosa. Son acciones que en la actualidad forman parte de su realidad y la de
su familia.
Al momento del diagnóstico, él no tenía conocimiento de
la magnitud de los efectos de esta enfermedad. “Pensé que era una enfermedad
que se curaba con medicación, que me tomaba una pastilla y eso me bastaba, pero
no fue así”, comenta. No obstante, fue hasta después de descubrir que la
padecía que empezó a recolectar más información y a adquirir nuevos hábitos
para controlarla.
Las mayores dificultades que ha enfrentado desde
entonces no son precisamente desde el punto de vista médico, pues la
responsabilidad con su salud se ha vuelto un pilar importante en su carácter,
sino por las varias restricciones que la enfermedad ha causado. “Tuve como
primera opción ser aviador, pero teniendo el dinero en mano me negaron el acceso
debido a que mi Diabetes era un impedimento para pilotar un avión. Los
conocimientos son difíciles de adquirir, pero la fuerza física no lo es tanto,
por eso pensé en otras ocupaciones como marino o policía pero no puedo por esa
restricción que tienen las instituciones y empresas”, señala.
Superarlas fue difícil, pero ha podido sobrellevar
todos los obstáculos para poder estudiar, trabajar y realizar las actividades
que más le interesan sin tener que preocuparse por molestias en su salud. “Pienso
que no todo se puede lograr en esta vida, pero lo he superado planteándome
metas igual de grandes, sabiendo que mi fuerza tendrá que basarse en mi mente,
en mis conocimientos”, indica.
Ciertos aspectos de la vida cotidiana tuvieron que cambiar totalmente en función de mantener un buen estado de salud y prevenir recaídas. Los alimentos con un alto nivel de azúcar como bebidas gaseosas, dulces y chocolates tuvieron que ser eliminados de su dieta, para dar paso a una alimentación saludable, aunque no se limita con la comida pues realiza ejercicio físico que le ayuda a nivelar su glucosa. “Soy más responsable con mi comida, con las cosas que necesito llevar, como mi insulina, mi medidor de glucosa, alguno que otro jugo, y siendo puntual al llegar a la casa o avisar por lo menos (…) tengo límites con ciertas cosas como el alcohol y el cigarrillo, debido a que me afecta de cierta forma más que a otros”, comenta.
Si se encontrara con alguien de su edad que haya sido
diagnosticado con esta enfermedad recientemente, él recomienda que se tome la situación
con calma y responsabilidad. “Le diría que no pasa nada, que la vida solo se
vive una vez. Que tener Diabetes no nos convierte en personas impotentes, sino
que solo tenemos otro estilo de vida”.
Asimismo, considera que es importante que la población
en general conozca más acerca de esta enfermedad silenciosa porque existen problemas
que las personas no reconocen, como la hipoglicemia, que es cuando al cuerpo le
falta azúcar y el sistema humano no trabaja adecuadamente. “Como no llega
suficiente oxígeno al cerebro es posible que las personas tengan convulsiones, como
es mi caso. Es muy peligroso porque podría tener una muerte espontánea: como nadie
sabe qué hacer, podría morir en cualquier lugar”, menciona. De igual manera,
indica que existen síntomas de otros tipos de Diabetes, como la hiperglicemia, que
causa ceguera y en algunos casos amputaciones. “Conocí a diabéticos adultos,
tipo 2, que por su falta de conciencia han muerto, pero no pienso que mueren
por la Diabetes sino por mano de ellos mismos, por la irresponsabilidad con su
cuerpo”, afirma Robles. Desde ese punto de vista, Nicolás concluye que es un
tema de mucha importancia para la sociedad, y recomienda que las personas se
interesen por conocer y que no sientan pena por los afectados, sino que los
vean como unas personas tan capaces como todos al momento de hacer las cosas.
Para prevenir la Diabetes es necesario tener una
alimentación saludable y equilibrada, realizar actividad física con frecuencia,
tomar abundante agua y disminuir el consumo de grasas y azúcares. ¿Cómo
detectarla? Es complicado reconocer los síntomas de esta enfermedad porque su
manifestación no es tan notoria, pero entre los rasgos a los que hay que
prestar atención se encuentran: visión borrosa, cansancio, hambre y sed en
exceso, deseo frecuente de orinar, dolores de estómago y pérdida de peso.
Así como Nicolás, en Ecuador hay más de 800000 personas
que padecen Diabetes. Al ser la principal causa de muerte en el país con un
total de 4.695 muertes en 2013 (INEC), el conocimiento de sus efectos y las
maneras de prevenir y tratarla debe ser una de las principales preocupaciones
de los ciudadanos. Las personas con Diabetes no son extrañas, solamente tienen
un estilo de vida diferente que les permite disfrutar saludable y
responsablemente de su vida.
Redactado por:
Kelly Intriago y Daniela Zeballos.
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