En nuestro país, gracias a la Ley Resorte han proliferado los espacios radiales, redundando en un gran abanico de opciones para que el oyente pueda escoger cual desea escuchar, en busca de información actualizada de todo tipo y la música de su preferencia.
Desde hace mucho tiempo se ha venido bajando la guardia con respecto a la calidad de la radio venezolana, es verdad que la evolución natural de la misma ha hecho que sea más ligera en su contenido y en la manera que los locutores y las locutoras se expresan, pero esto ha traído como consecuencia la pérdida de la calidad a la que tiene derecho todos los escuchas o receptores.
Los medios de comunicación deben ser permanentes observantes de la calidad que le imprimen a sus trabajos, a sus espacios, que deben ser orientados a la pertinencia y pertenencia social, pues a la educación, el entretenimiento, formación e información de los ciudadanos es que finalmente van encaminados sus objetivos.
Los medios radiales en especial, están en la obligación de ofrecer espacios acordes a la realidad y a la época, pero nunca dejar de lado los pilares donde se fundamenta su trabajo, uno de ellos es la oratoria, porque la oratoria ayuda al profesional de la radio a hacerse de seguridad, concentración, y otras tantas técnicas como son: dicción, proyección de la voz, articulación, coherencia de las ideas, naturalidad al expresarse, correcto uso de las palabras, buen tono y timbre de voz. La conjugación de estos elementos seguramente traerá éxito en el desarrollo profesional de quien haga uso de ellos.
Es largo el camino que hay que recorrer si se quiere recuperar el espacio ganado por las emisoras que sólo desean ocupar un espacio y conseguir el mayor número de oyentes, sin importarles la calidad de los programas que ofrecen, ni el criterio que utilizan sus locutores y locutoras al momento de comunicar. Es deber de todo comunicador social que ingresa a un medio, proveerle una máxima calidad al trabajo que vaya a desempeñar, con miras a que esa misma calidad sea proyectada y llegue a la sociedad.
Jairo Rousseau.
Nuevas Tecnologías.
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