Aquí te dejamos 3 diferencias clave para poder entender de qué trata la malicia real y de qué trata la negligencia periodística.
1. La malicia real es voluntaria y la negligencia, involuntaria. La negligencia está en el descuido del periodista al realizar su trabajo con irresponsabilidad; es decir, se olvida de verificar si los datos que le ha proporcionado una fuente son reales o no. La negligencia emerge con situaciones donde el periodista omite algunos principios del periodismo pero no lo hace por cubrir intereses propios o comunes con alguien más, simplemente, son descuidos que lo pueden llevar a acabar con su carrera aunque no haya actuado con una segunda intención. La malicia real, en cambio, también trae distorsiones en la información pero tiene una razón de ser. Como ejemplo, tenemos: “El caso patito”, que se dio en Argentina, donde:
1. La malicia real es voluntaria y la negligencia, involuntaria. La negligencia está en el descuido del periodista al realizar su trabajo con irresponsabilidad; es decir, se olvida de verificar si los datos que le ha proporcionado una fuente son reales o no. La negligencia emerge con situaciones donde el periodista omite algunos principios del periodismo pero no lo hace por cubrir intereses propios o comunes con alguien más, simplemente, son descuidos que lo pueden llevar a acabar con su carrera aunque no haya actuado con una segunda intención. La malicia real, en cambio, también trae distorsiones en la información pero tiene una razón de ser. Como ejemplo, tenemos: “El caso patito”, que se dio en Argentina, donde:
“La Cámara
Nacional de Apelaciones en lo Civil confirmó la sentencia apelada en cuanto
hizo lugar a la demanda de daños y perjuicios promovida por los actores
(médicos de la Asesoría Pericial) contra La Nación SA. El motivo del reclamo
judicial se centralizó en que los médicos reclamantes – que formaban parte del
Cuerpo Médico Forense del Poder Judicial de la Nación (C.M.F) – estimaron que
tanto el diario La Nación como el periodista Jorge Urien Berri les habrían
ocasionado daños a través de varias notas periodísticas así como también del
editorial del 19 de octubre de 1998. Adujeron esas notas, sus títulos y
subtítulos y el editorial, cuestionaron su desempeño profesional como
integrantes del referido C.M.F., con especial referencia a dos causas penales
relacionadas con el fallecimiento de una madre y su hijo por nacer en un
Hospital. De tal manera —precisaron los actores— el diario y el periodista
afectaron sus derechos constitucionales a la intimidad y al honor, en tanto
las publicaciones habrían sido inexactas, formaron parte de una campaña
persecutoria y difamatoria contra ellos y, en lugar de informar, tomaron una
abierta posición sobre el tema, con la intención de despertar en el público
sospechas sobre su actuación profesional”. (2009)
2. La negligencia
aparece por desconocimiento y la malicia real aparece con conocimiento de causa.
Tanto la negligencia como la malicia real difunden información inexacta pero si
el periodista es negligente, lo hará sin saber que lo hace. En cambio, si el
periodista tiene malicia real, trabaja para cubrir intereses propios o comunes
con alguien más. Entonces la no verificación de datos o el nombramiento de
culpables e inocentes, sin tener pruebas, se da de forma deliberada, estando
plenamente consciente de lo que se hace y porqué se lo hace. El caso es que la
malicia real tiene como objeto lleva la mirada de los lectores hacia dónde se
quiere, aun sabiendo que para ello, se quebrarán los principios del periodismo
y su ética.
Foto tomada de Palabras periódicas: |
3. La
negligencia rompe con las reglas del periodismo pero la malicia real rompe con
estos y, además, con la ética del periodismo. Cuando alguien es negligente,
lo es porque no sabe cómo hacer su trabajo o porque piensa que ya sabe cómo
hacerlo y se confía. Ser negligente implica romper con las reglas del
periodismo, pero por descuido. En cambio, cuando alguien es malicioso, sabe
cómo debería estar haciendo su trabajo pero no lo hace porque su fin no
corresponde con los principios del periodismo y por tanto rompe con la ética
periodística. Como ejemplo de la Negligencia, tenemos que En La Nueva España,
edición digital el 3 de agosto de 2007, se publicó en la portada una noticia
que decía: “El consumo del tabaco vuelve a crecer en Asturias: el efecto de la
ley contra los fumadores se diluye un año después”, y resulta que “la ley
contra los fumadores”, no existe; es decir, no está penado de ninguna manera
ser fumador.
Redactado por:
Isis Córdoba.
¡Buen texto!
ResponderEliminarEstimada Isis, su nota me parece muy interesante porque aunque esta ley del fumador no existe se debe tomar en cuenta porque este es un vicio que poco a poco acaba con la vida de las personas... espero continuar leyendo sus blogs que me parecen muy interesantes, saludos.
ResponderEliminarBuen texto, buenos ejemplos, gracias por abordar estos temas.
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